El parque de viviendas en Barcelona no se está renovando principalmente por la falta de incentivos fiscales, el aumento de la carga impositiva para los inversores y la inseguridad regulatoria. La eliminación de bonificaciones para rehabilitación, el aumento del ITP al 20% para grandes tenedores y los límites al alquiler han reducido el atractivo de comprar y reformar vivienda usada.



