Estamos en algún lugar de Sant Joan d'Espí, muy cerca del parque de Torreblanca. Veo verde por todas partes y calles despejadas. Menos mal que Pere Flores, uno de nuestros asesores inmobiliarios, que hoy me lleva a ver la más reciente de sus exclusivas, sabe dónde va. Porqué yo no me acabo de ubicar, tengo esa sensación tan extraña pero agradable que sólo nos invade en vacaciones, cuando exploramos y todo nos parece nuevo y fascinante.
No sé mucho de esta población del Baix Llobregat. Sólo que fue cuna de JM Jujol, arquitecto modernista que trabajó durante años para el ayuntamiento de Sant Joan. Sus casas caprichosas de trazos enérgicos y colores brillantes se quedan grabadas en la cabeza desde la primera vez que las visitas. Pero por aquí no encontramos ninguna. Aquí lo que reina es la promesa del verde y la tranquilidad.
Observo que, aunque el piso queda lejos del centro, a esta zona no le faltan comercios de todo tipo. Además, aunque yo personalmente me haya dejado guiar por Pere, a él no le ha resultado complicado llegar hasta el lugar. Parece una muy buena ubicación para familias que quieran compaginar una vida tranquila i natural con un trabajo en la capital, de la que no desean alejarse demasiado. Desde nuestras oficinas centrales en la zona alta de Barcelona, en la calle Folgueroles, hemos tardado menos de 20 minutos.

